LUIS ERNESTO GÓMEZ

(Maracay, Venezuela, 1977)
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POESIA



Las intenciones de este día


Entro a la madrugada como un soplo de música
Laura Yasan



Voy directo al ocaso de la noche como silbido sinfónico
por el borde del viento me desparramo resonante golpe

Caigo como flecha de abril a la hora vacilante del alba
y me quito el cuerpo como un trapo viejo
y la muerte no es pararrayos
en las filosas palabras del destino

Salgo al mediodía temblando indignado
por el retrato de lo que veo lo que más veo
lo que aunque cerrara los ojos sigo viendo
lo que me rodea con tanta cruel decisión

Regreso en la tarde, una vez perdida la inocencia
a planear el vuelo, me enrumbo a las montañas
y me pongo el cuerpo como traje nuevo
soy tan anónimo que voy directo a los nombres
buscados entre las malezas de la ciudad

Subo ciego por la noche, con el oído atento
en cada una de las gotas de mi sangre
en cada uno de los ritmos de mi pulso
olfateando el territorio

Llega mi turno
estoy preparado y con ganas
de venir al mundo
para hacer el trabajo que nadie quiere hacer
para limpiar algo sucio en la sombra
y dejar
la mesa el piano
los libros tu sonrisa
//////////////////brillando

(2011)



CUANDO CREÍ que se iba a acabar el silencio
seguí respirando tras las velocidades del aire
Pensé que quizá era humo tu carne espléndida
Hielo de dios a fuerza de tiniebla
inacabada en los arcángeles de tu mano
roja tras la puerta

Cuando la luz nos canta verde
puedo hacer de la lluvia tu rostro Río cantando herido
Girando el amarillo celeste a reunirse con tu cuerpo

Virgen del olvido Llegué a sentir que en tu brazo mortal
ibas a romper la soledad La aurora que nos duele en el relámpago
Que te ibas a romper Como tramas que el silencio soñara
y se mecieran en la muerte Como las olas que mueren en su madrugada
Que ningún eco pudiera esperarnos en tu garganta Que ningún aire
llegara tan de prisa en tus labios Cuando ibas a regresar del tiempo

y eras espesura
y eras el lugar de los abismos
cuando te esfumas en la ardiente marea
cuando te esfumas en la sangre

aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaainminente

(2007)

Frasso lee a Luis Ernesto Gómez
en su programa Parafraseando, ANTV. Enero, 2008.


Piedras del árbol que da frutos

Sólo le tiran piedras
a quienes caminan sobre fuego
a quienes vuelan a cierta altura
emigrando del frío
Sólo lapidan a toda Magdalena
que hay dentro de ti

Sólo hunden su delicado filo
a quienes construyen el rocío
Sólo tildan de locos
a algunos sabios
que no están vestidos de sabios

Los lanzadores
se ufanan en el limbo
cambiando de formas
y pisan el fruto
del trabajo hecho
con el vapor de tu frente

Bienaventurados sean
los que dan
sin pedir nada a cambio
porque de ellos será
el reino de los cielos

El momento ha llegado
el que desee que aproveche
agarre sus mejores piedras
láncelas con puntería
y sobretodo con el ímpetu
a prueba de balas
de su inocencia

Bienaventurados sean
los que no se quedan
con el vuelto
el reino de los cielos
será de ellos

Sólo le espera el hacha la sierra
con la piedad santísima de las trasnacionales
al árbol que da
sin pedir nada

Los demás árboles
no importan en la selva


Pedras da árvore que dá frutos

Basta atirar pedras
aqueles que caminham no fogo
para aqueles que voam a uma altura certa
migrando do frio
Apenas apedrejado todos Magdalena
que está dentro de você

Basta afundar a borda delicada
que construiu o orvalho
Tildan Só louco
alguns sábios
vestidos que não são sábios

Jarros
vangloriar no limbo
mudam as formas
e pisar sobre a fruta
trabalho feito
com o vapor de sua testa

Bem-aventurados
aqueles que dão
sem pedir nada em troca
pois é
o reino dos céus

Chegou a hora
pretende aproveitar
pegue o seu melhor pedras
jogá-los para apontar
e especialmente com a dinâmica
prova de bala
sua inocência

Bem-aventurados
aqueles que não ficam
com a mudança
o reino dos céus
será deles

Basta esperar o machado Serra
Abençoado com a piedade de multinacionais
a árvore que lhe dá
sem pedir nada

Outras árvores
não importa na floresta


Traducción: Luis Delgado Arria
Sao Paulo, Brasil. 03 de Marzo de 2010
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La libertad del muro

“Cuando teníamos todas las respuestas,
nos cambiaron las preguntas”,
Escribe alguna mano anónima
en un muro de la ciudad de Quito
Eduardo Galeano



En los muros
se estila disparar a quemarropa
Los condenados a no ver el sol
cuentan los días

En sus ladrillos
hay preguntas sin réplica
afirmaciones que nadie ha pedido
y silencios tan codiciados
Quince verdades que se niegan
Trece sombras que iluminan

En las paredes
se practica lanzar sobre blanco
a dividir fronteras de mundo
Los entregados a no ver la luz
cuentan las horas

En sus grietas
hay respuestas calladas
contestaciones
misterios develados
en los códigos del ruido
el sucio la impureza

En las barreras
se incita a romper las barricadas de la incógnita
Los rebeldes cuentan los segundos
hacia el cero


En su sólida textura
descansan las alas de la imaginación
la utopía de salir del laberinto
la figuración del resquicio
la respiración por los caminos del fuego

En los muros
se cuentan tres órdenes
cargan
señalan
nos cambian las preguntas





El día después de la fiesta
comprendemos que la felicidad
es vértigo

La altura de los escombros
que quedan justo después
del terremoto de la feria
nos anuncia la fortuna

Una mesa revuelta
por diez huracanes
ecos de sonido
luz de mediodía
y risas que quedan

Por las ventanas
continúa la resonancia del festejo
sobre café humeante
sobre el indulto
demandado a la resaca

Después de abrir los ojos
más allá de la fiesta
la alegría continúa pero en rastros
sepultados por platos sucios
y vidrios rotos
Sigue pero en siluetas
todavía bailan por las paredes
duermen y sueñan
almas que hacen sus amores
en cuartos ocultos

Después de la fiesta
todos despiertan
nuevamente vuelven de lo insólito
y siguen pintadas las risas en los labios
Duele la cabeza como temblor de tierra
pero nadie se arrepiente




Salirle al paso a la inercia
Salirle a la contracorriente
a lo contrapuesto

Rebasar
lo inverso
A nuestros antípodas
cuando enturbian las batallas
y manchan lo blanco

Figurarse entre los puntos de referencia
y hacernos del laberinto
con sus escamas de serpiente
que se engulle a sí misma

Tomar del contracanto
nuestras llamas rebeldes
retomando el cortafuego
para volver de lo extraviado

Prevalecer de verdades absurdas
dejando que se muevan un instante
por su propia gravedad

Encenderse
de los vaivenes
de la luz desencajada
de los músculos flácidos
y la respiración intermitente

Renovarse de
la desarticulación de encajes óseos
estropeados por el óxido
del extravío del cansancio impotente
de la duda enferma
habitando los segundos

Pararse de una vez
de la silla de ruedas
y decirle a las piernas que caminen
a las voces que convoquen

Que jamás reine ni por un soplo
los indicios de la entrega







Dialéctica del ladrón despojado

Todo ladrón
que imagina que lo están robando
cree firmemente
en los cien años de perdón

La condición con que juzga
roba y mata
la palabra
que tiene en la punta de la lengua
la idea que alguien tiene prestada
sin devolución
y que justo ahora
no puede decir





Manifiesto de las vacas sagradas

Que Dios o el destino nos libre
de ser vacas sagradas

no tengo en mis planes
ir al matadero




Manifiesto de la tortuga



Alcanzo la mayor velocidad posible


La luz me teme


cuando reclamo ser


tan lento como he podido






Manifiesto del gato


Contrario a lo que todos piensen

La curiosidad
Siempre ha salvado al gato en toda ocasión

hay cosas que hay que saber
sobre las que vale la pena

sacrificarse






Dialéctica del fumador

El error ha sido creer
que cuando enciendes el cigarrillo
y lo llevas a tu boca
estás realizando el gracioso
y elegante
acto de fumar

En realidad
El cigarrillo te fuma lentamente
y más rápido que la vida
te vuelves humo




No siempre la hora de huir es despedida

A veces existe como comienzo
liviandad

como voz sumergida para ti en el néctar galopante


A veces y no
siempre
la hora dúctil que florece en mi sudor
es agua de ti Póstuma de ti
que te he vivido
Quizá magnánima subterránea
que te he apreciado Viva con llamas
sombra y longitud


No siempre el para qué
vuela en las páginas mentales
Pero un lugar en tu pecho
dice geografía de rostro feroz
y me tomas expansivo
y yo de ti soy Sólo una máxima particula de universo
y tú
de
mi únicamente Eres
mínima Garganta que guarda
las luces de nuestras despedidas





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---------------------------------------a Fa
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LÉASE vertiginoso
como vertical Díctese que como molécula
azul en celo Fieras entre mis piernas
ardiendo una muertecita blanca espesa y que casi muero
y la boca que no ha pedido estallar
sin ese equilibrio desnudo
o el brazo ese terrible
de tu hilo nacarándose
porque aureola enmudece
sabe a jengibre y a daga de fondo de mar

Sólo pido
beberte
a velocidades curvas
a vuelos más que vientos de espiral
danzando como 8 nunca cero a tu costado
Opresora o contraída giratoria
casi védica lluvia pélvico trueno
Lamiendo este panal que estaba aguardando
para ti Como laúd traspasado en las
abejas de tu cuerpo

Insinúas
para mi
el 2 minérvico
con el rojo
afrodisiando el paraíso


(De Canciones de tu rostro reino, 2007)
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----------------------------------------a Fa
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HACERME quieta mordedura en los confines de tu sombra
Porque aquí no hay ojos
Sino un imposible rastro de fruta balsámica
fragante móvil con sus cuerdas de celaje incendio
Aquí no hay canto sino de pájaros que esperan tu ventana
y los brazos que susurran el alimento bendito
para seguir cantando en tu garganta
para seguir subiendo despacio por tu carne
su estrépito vocal
donde todo puede decirse
por los dioses fugitivos que te aman



(De Cuerpo de Piélago, 2006)
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El espejo se encuentra repetido
Su brillo crea una suerte de galaxias
donde se mueven las miradas
Seco, el silbido, atorrante
mezcla develada
Música para tu impublicable palabra
Ser inquieto y demoledor
Olvidado en su destello, incoloro
se hace repetir
Ante la luz que vive de mirarte
De achicarte como los ecos
De alejarte imprecisa
Humareda en que reposas
Tus ojos que proyectan perspectivas
que se alienan al moverse
al rodarse entrecortados
Que se aprecian insondables e inertes
ya de encarnar en tu cuerpo
la más rotunda oscuridad


(De El Otro Lado de la Página, 2005)
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Si me aplican la receta y tomo la cicuta
Si te aplican el paso al vacío y caes
Si te llevo a lo libre en tu nombre
No será para matar la marea en que suspiras
Si te asombran en espejos y pasillos
Si me inyectan la sombra del latido
Si me sientas y clamas por mi muerte
No esperes que te venda
No me compres el fin
Ni mi brazo sembrado en el concreto
Ni mi voz en la sed del oro negro
No me olvides
Mírame a los ojos
Y dispara en mi cuerpo a la humanidad


(De El Otro Lado de la Página, 2005)
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Debe haber algo poético en las sombras
Debe haber algo qué encontrarle
A las huellas que quedaron
A las olvidadas ausencias retratadas
Debe haber algo poético en la acostumbrada acción
Abrir la puerta y entrar en la misma sala
En la misma escena cambiante
Pasar el picaporte con las mismas pestañas
Asimismo indagar que debe haber algo incrustado
Debe haber algo de huella
Algo de olvidada ausencia
Retratada en las ventanas de tus ojos
Disgregada en tu forma de fluir
Debe haber algo que sabe a hierba
A sombra que se observa en el espejo
A esa acción que es encontrarse reflejado
Algo oscuro sorprendido
Algo en deuda de existencia
Algo inocuo, innombrado, perenne
Que se preserva en nuestra sangre
Que se cuida muy bien de no pertenecer a lo dicho
Que se dice más allá de sombra siendo sombra
Abrir la puerta y entrar en ese ciclo insistente
Ensimismado, dormido
Debe haber en este cuarto algo
Que nos haga despertar

(De El Otro Lado de la Página, 2005)
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Qué hacer con la palabra repleta
Cuando se hace agudo el gesto urgente
Con el ojo que ve justo al blanco, certero
Cuando se olvida la acción fundamental
Qué puedes buscar en la propaganda maldita
En la atroz laguna que se lleva tus ideas a su paso
Qué urgencia presurosa puede confabularse
Y qué punto esencial en tu respuesta
Qué cuarteto ante la bala puede escribirse
Qué forma desplegarse cortando en seco
La luz que no duerme
Qué asombro hará no confiarte lo obvio
Quizá no sabes demasiado
Apunta al blanco y haz coincidir el proyectil


(De El Otro Lado de la Página, 2005)
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Nada hay más semejante al destino
de un hombre que el destino de un héroe
Lo heroico es tener destino
Ludovico Silva
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TANTO MARX en nuestros sueños
Tanto acervo implacable perfumando estas horas
que asumen poses angélicas Con un rastro de fervor
vivido tras la puerta

Tantas ganas por colmar el vino y la certeza El augurio
demorado y súbito Más que número

Este amonio sumergido en los mares de adentro
La copa decidida Tu aurora que despierta silbando en llamaradas
Nada hay más semejante al destino

Tanto espejo junto nos lo dice
Tanta estirpe sosegada de lobos
cuando se aman la fuerza La arcilla de unas manos
Y amanecen las ventanas y se enciende la forma de tu rostro
en este caldo humeante Con tanto acento
de infierno adolorido

Se devuelve el pálpito de la historia en tu mirada
el fardo El sinsentido La torre desde el fondo herida
El resplandor labio de manos Reclamando
con voces disidentes a los dioses Colmado el lúcido delirio
la firmeza Como increpando el regreso
Tanto se devuelve en el coro de musas
Tanto se precisa a cuerpo entre las cosas de este mundo
Tanto Marx en nuestro hacer Implacable
en la fragancia de la rosa hambrienta Hundida
en la pose de la palma dilatada Sin respuesta
sin el fuego esperado Vuelto ruinas
de templos del abismo Pobladores del amor
que aplasta voluntades y la falsa conciencia
y el cristal cadena de tu rostro Y los siglos sumergidos a golpe
atropello y tiranía de amargas flores
Encendidas en la caverna de unos sueños

Levántate en lo justo de seguir a tu lado
Mueve tu cuerpo y aprecia la fuga incipiente
la mesa soledad El puño percusión donde mueren de tanto

Este amonio sumergido en los mares de adentro
La copa decidida y tu aurora que despierta silbando
entre las llamaradas del poniente En las nubes
de artificio Donde se tejen los hilos del abismo Donde hay lienzos
hallados en la respiración del mundo Que hasta el mar
inmenso teme Y que la tierna rosa espera de los hombres
Tu aurora de mar que revienta en las crepitaciones
Nada más semejante al destino


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